Autora: Ps. Catalina García, Psicóloga Clínica en E-Psiquiatría
El 10 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Salud Mental, una fecha que invita a reflexionar sobre el bienestar psicológico en un contexto donde el cansancio parece haberse vuelto parte de la vida cotidiana. En este artículo queremos destacar la conexión entre el descanso y la salud mental.
En los últimos años, los datos muestran que el agotamiento se ha normalizado: en Chile, solo el 44 % de las personas declara dormir bien con frecuencia, y más de la mitad describe su descanso como “malo” o “regular”. Además, el 60 % de los trabajadores duerme menos de siete horas por noche, y el 54 % reconoce haber tenido algún diagnóstico de salud mental. Estas cifras reflejan una realidad preocupante: no estamos descansando realmente.
Pero el problema no radica únicamente en dormir poco.
La doctora Saundra Dalton-Smith, médica e investigadora estadounidense, plantea que el descanso es un fenómeno multidimensional, y que reducirlo solo al sueño es una de las razones por las que seguimos agotados. En su modelo, propone siete tipos de descanso necesarios para restaurarnos integralmente: físico, mental, sensorial, creativo, emocional, social y espiritual.
1. Descanso físico
Involucra tanto el sueño como pausas activas que relajen el cuerpo: estiramientos, masajes o movimientos conscientes. Es la base para recuperar energía corporal y prevenir el dolor o la fatiga crónica.
2. Descanso mental
La mente necesita desconectarse del flujo constante de pensamientos y exigencias. Practicar atención plena, meditación o simplemente dejar espacios sin multitarea ayuda a calmar la sobrecarga cognitiva.
3. Descanso sensorial
La exposición constante a pantallas, notificaciones y ruido genera fatiga sensorial. Reducir estímulos, apagar dispositivos o pasar tiempo en ambientes naturales permite que los sentidos se recuperen.
4. Descanso creativo
Recuperar la inspiración implica nutrirse de belleza y novedad: contemplar arte, escuchar música, observar la naturaleza o darse permiso para crear sin presión.
5. Descanso emocional
Implica no sostener todo el tiempo el rol de fortaleza, y permitirse sentir, pedir ayuda o soltar la necesidad de agradar. La expresión emocional y la terapia psicológica son caminos potentes para este tipo de descanso.
6. Descanso social
Significa elegir vínculos que nutran, no que desgasten. Es descansar de las relaciones demandantes o poco genuinas, y reconectarse con quienes nos hacen sentir vistos y seguros.
7. Descanso espiritual
Se relaciona con la búsqueda de sentido y propósito. No necesariamente religioso: puede darse al conectar con la naturaleza, la comunidad o la práctica de la gratitud.
La evidencia científica es clara: descansar mal o insuficientemente afecta directamente la salud mental.
Diversos estudios y meta-análisis han mostrado que la falta de sueño o el descanso inadecuado se asocian con mayor riesgo de depresión, ansiedad y agotamiento emocional.
En Chile, la situación es preocupante. Las enfermedades de salud mental ya representan el 67 % de las enfermedades profesionales, y gran parte de los trabajadores reporta falta de sueño y dificultad para desconectarse del trabajo.
Estos hallazgos coinciden con lo que se observa en consulta: el cansancio que no se pasa durmiendo. Un agotamiento emocional, sensorial o mental que no se resuelve solo con horas de sueño, porque el descanso que falta es más profundo.
Hablar de descanso integral no es hablar de “pereza”, sino de prevención.
Descansar de manera consciente —en todas las dimensiones— puede disminuir el riesgo de desarrollar cuadros psiquiátricos y mejorar la regulación emocional, la atención y la capacidad de disfrute.
La psicoterapia también puede ser un espacio para aprender a identificar en qué áreas de la vida falta descanso y cómo reconstruir hábitos que favorezcan el bienestar.
En este Día Mundial de la Salud Mental, la invitación es a redefinir el descanso: no como una pausa opcional, sino como una práctica esencial para sostener la salud emocional.
Dormir ayuda, sí. Pero descansar verdaderamente implica reconectar con lo que nos restaura: el silencio, el sentido, los vínculos, la creatividad y la autenticidad.
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Bibliografía:
• Dalton-Smith, S. (2017). Sacred Rest: Recover Your Life, Renew Your Energy, Restore Your Sanity. FaithWords.
• Mutual de Seguridad (2023). Estrés laboral y descanso: el 60% de los trabajadores en Chile duerme menos de siete horas.
• Portal RedSalud (2025). Chile no duerme: estrés y ansiedad afectan el descanso de la mayoría de los chilenos.
• Li et al. (2022). Sleep duration and depressive symptoms: meta-analysis. PubMed.
• Wendsche, J., & Lohmann-Haislah, A. (2017). The impact of supplementary short rest breaks on task performance: A meta-analysis.
• Cuijpers et al. (2021). Sleep quality improvement and mental health outcomes: meta-analytic evidence.